Lecciones sobre creatividad· Julie Burstein

«Hay que aceptar la pérdida, la experiencia humana más antigua y constante. Para crear, tenemos que pararnos en ese espacio entre lo que vemos en el mundo y lo que anhelamos, mirando de frente al rechazo, a la angustia, la guerra y la muerte. Es un espacio difícil de soportar. El educador Parker Palmer lo llama “la brecha trágica”; trágica no por lo triste sino por lo inevitable, y a mi amigo Dick Nodel le gusta decir: “Se puede mantener esa tensión como en una cuerda de violín y hacer algo hermoso”

Podéis encontrar más información sobre Julie Burstein en su web.

Chris Burkard · Fotografía y surf bajo cero

Coger una tabla y una cámara, buscar lugares extremos con condiciones extremas.

Romper las fronteras del surf y la fotografía.

Eso es lo que hace Chris Burkard, y el resultado es es espectacular…

Cuando le preguntan por qué trabaja en condiciones tan duras habla de aventura, asombro y autoconocimiento. Dice que todo lo que merece la pena conseguir, nos va a hacer sufrir más o menos, en algún momento, de alguna u otra manera. Hay ciertos precios, asegura, que merece la pena pagar.

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Chris Burkard

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“Todo el mundo necesita belleza, así como pan, lugares para jugar y para rezar, en donde la naturaleza puede curar y dar fuerza al cuerpo y al alma”, de John Muir, es su cita favorita. Una filosofía de vida sobre la que hablaba (llegándose a emocionar al final) en una charla TED:

Si queréis saber (y ver) algo más sobre Chris Burkard podéis seguirlo a través de su web y también en Facebook, Twitter , Tumblr, Google + y en su espectacular Instagram .

Take me to church · Sergei Polunin

Pese a todo, siempre hay alguien que nos recuerda que aún queda mucha belleza en este mundo. Y que si no queda, siempre es posible crearla.

Bailarín: Sergei Polunin

Canción: «Take Me To Church» by Hozier

Dirigido por:  David LaChapelle

Coreografía de: Jade Hale-Christofi

Apología del selfie

Soy fan de la fotografía desde siempre. De la fotografía en general y de los selfies en particular. Lo era mucho antes incluso de que decidiésemos adoptar el anglicismo, convertirlos en la palabra del año o en una moda que, muchas veces, parece que se nos está yendo de las manos.

Me gustan los selfies, los de los otros, porque me ayudan a conectar con sus experiencias. Y me gustan los selfies, los míos, porque me facilitan el recuerdo y me permiten revivir los momentos felices con gran facilidad.

Hay quien dice que mejores recuerdos de una vida se guardan en la memoria, y eso es cierto. Tan cierto como que la memoria a veces es perezosa, otras veces falla y algunas, las más tristes, llega incluso a perderse por completo. Entonces…¿por qué no ayudar a nuestra memoria con algo tan simple como una fotografía? Y, sobretodo, ¿por qué no hacer algo que -con certeza- a la larga nos hará sentir felices?

Enfrascar momentos…capturar sensaciones…ir llenando el plan de pensiones de nuestra felicidad y tenerlo a mano para poder recurrir a él siempre que lo necesitemos. Decía Rojas Marcos en «Nuestra incierta vida normal» que «las personas que tienden a guardar y evocar preferentemente los buenos recuerdos, los éxitos del ayer, las relaciones o la experiencias enriquecedoras, suelen gozar de confianza en el presente y en el futuro». Y yo le creo.

Y todo esto venía a cuento de algo, los selfies, sobre los que Antonio Ortiz  escribió un fantástico artículo para Teknautas en El Confidencial  titulado «Selfie, una historia de amor odio«. Os lo dejo a continuación:

He despreciado los selfies durante años. De hecho ya los odiaba antes de que estuviese de moda tratarlos con desdén. Participaba sin saberlo en el lugar común con el que se ha observado el fenómeno desde mi generación: menosprecio por el exhibicionismo, por las ínfulas de importancia de la gente, por la esclavitud a la que (entendía), se somete el personal para exhibir su cuerpo y esperar valoraciones de otros, hasta por la adopción del anglicismo frente al muy válido autofoto.

El caso es que de un tiempo a esta parte he empezado a caerme del caballo, comenzando por la terminología. He comprado el uso de selfie en lugar de autorretrato porque el selfie no lo es en cuanto a obra fotográfica, lo es en cuanto a dónde se exhibe y cómo se utiliza. Al igual que en la disquisición filosófica, el selfie (me niego de momento a lo de “selfi”), no existe si nadie lo ve. Lo es sólo si se comparte, si se bombardea a amigos, contactos o desconocidos. He ahí lo particular del fenómeno.

Con el tiempo he entendido que los selfies no van sólo de hacernos retratos a nosotros mismos, ni de usar un palo, un móvil o una cámara. Van sobre todo de la búsqueda de conectar con otros usuarios en los medios sociales, virtuales, digitales que parecen acercarnos.

Creo que en gran medida los selfies van sobre nuestra búsqueda de dar la vuelta a la contradicción digital, la de unos medios que aparentan conectarnos y acercarnos pero que por su propia naturaleza no pueden sino resultar una imitación del contacto genuino. Por eso funciona no mostrar lo que ven nuestros ojos sino el reflejo del espejo que tendríamos enfrente.

La mayoría de las veces el selfie no es sólo el retrato. Es el sujeto haciendo algo, en algún sitio, en algún momento. Es un camino de comunicación de la experiencia. Porque cuando queremos comunicar que estuvimos en Paris es eso lo que queremos contar: nosotros en París. No la torre Eiffel, no Montmartre o el Sena. Nosotros en ellos.

Somos animalitos que funcionamos así, respondemos más a rostros que a letras o paisajes o sonidos; empatizamos más cuando vemos la cara de con quién nos estamos comunicando. Si es así (y parece que lo es), es posible que el selfie tenga una labor balsámica: que en internet, en las apps o en los móviles al vernos alcancemos a ver personas de carne y hueso y no objetos a los que machacar, humillar, vilipendiar, utilizar para nuestros memes y nuestras bromas que nos hacen populares durante segundos en otra búsqueda de fama y reconocimiento.

Pero el selfie es también un síntoma de la psicosis de nuestro tiempo, de la búsqueda de fama, de comprar la sensación de que tenemos seguidores, gente que quiere vernos en cada momento, que se muere por captar instantes de nuestra vida como si fuésemos Cristiano Ronaldo o la Pedroche. Una lucha denodada contra lo que escribía Marías en Tu rostro mañana,

La inmensa mayoría de las cosas sólo ocurren y no hay ni hubo nunca registro de ellas, aquello de lo que nos llega noticia es una porción infinitesimal de lo acontecido. La mayoría de las vidas y no digamos de las muertes, nacen ya olvidadas y no dejan el menor rastro, o se hacen desconocidas al cabo de un poco de tiempo, unos años, unos decenios, un siglo. Y eso es en realidad muy poco tiempo.

Los adolescentes han hecho de la autofoto en Instagram o en Snapchat, su propio lenguaje. Estoy convencido de que esta no es toda la verdad. Creo que los adolescentes han hecho de la autofoto en Instagram o en Snapchat su propio lenguaje, la forma de comunicarse con sus amigos, como otras generaciones hicieron suyo el teléfono fijo y otras la carta. Y, sospecho, su aparición en las fotos no es en puridad más egocéntrica que cuando mi hermana se encerraba en la habitación y hablaba durante una hora sobre cada aspecto del yo adolescente ante la angustia económica de mi padre.

Es por eso que esta vez quiero apostar a que los selfies no son una triste y fútil persecución de la popularidad hueca en redes sociales, de la constatación de que todo es vanidad. Si alguien quiere luchar contra el olvido, quiere permanecer, siquiera acercarse a un contacto que podría llamarse humano, ¿por qué odiarlo?

never apologize

Y es por eso (entre otras muchas cosas) que no odio los selfies. Lo de los palitos de los selfies ya es otra historia. Pero eso lo dejamos para otro post. O no.

(*) Los diseños de este son de Amanda, The Gestian Poet

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Icheon, el poder de la tradición

Tradición, del latín traditio, es el conjunto de bienes culturales que se transmite de generación en generación dentro de una comunidad. Se trata de aquellas costumbres y manifestaciones que cada sociedad considera valiosas y las mantiene para que sean aprendidas por las nuevas generaciones, como parte indispensable del legado cultural.

En Corea del Sur, al este de Seúl, hay una ciudad llamada Icheon. Un lugar donde hace unos 5.000 años nació una tradición que ha podido sobrevivir al paso del tiempo manteniendo intacta su esencia. Maestros como Lee Hyang Gu, Choi In Gyu y Yo Se Yeon lo han hecho posible al transmitir su sabiduría y buen hacer a las nuevas generaciones.

«Un pueblo sin tradición es un pueblo sin porvenir» (Camargo)

«No desprecies las tradiciones que nos llegan de antaño; ocurre a menudo que las viejas guardan en la memoria cosas que los sabios de otro tiempo necesitaban saber» (Tolkien)

«La verdadera tradición no emana del pasado, ni está en el presente, ni en el porvenir; no es sirviente del tiempo (…) La tradición no es la historia. La tradición es la eternidad» (Castelao)

365 Memories · Diggie Vitt

«Un proyecto 365 en esencia desafía al fotógrafo a tomar y publicar una fotografía todos los días durante un año entero. Les obliga a experimentar, disparar y captar algo nuevo y único cada día, y pone a punto sus habilidades y procesos de edición. ¿Cómo no iba a aceptar ese reto?« – Diggie Vitt

Un año.

365 días.

365 fotos.

Eso es 365 Memories, un proyecto del fotógrafo norteamericano Diggie Vitt, que a lo largo de todo un año recorrió los Estados Unidos tomando una fotografía cada día. Imágenes inquietantes, evocadoras, oníricas…

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Arise

I’m considering starting a 365 project, hopefully I can push myself to get motivated for a year!

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Change

Let go. Be patient. Change is coming.

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Be aware of who you are. What your capabilities are. The potential impact you can make. Some of us know exactly what we want to do with our future. Maybe we’re going to go get that doctorate or maybe we’re going to take over the family business. Some of us are being tugged by multiple strings that will either please or discourage the contrasting side. Things won’t always be perfect, and you should be thankful for that. Imagine if you gave up after that first unsuccessful audition. Imagine if you were still with your high school sweet heart(unless you still are), how different would your life be?  Yeah, we were upset then, but those moments are necessary for who you are today. Be thankful

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Happy Valentines Day!

I wanted to portray a message through this picture, symbolizing that there is someone out there for everyone. Enjoy!

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I’m homeless, with a home.

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I watched an interesting documentary about the last 24-hours before death row. There was an innocent man who stepped into the gas chamber. The officer got a call from the state affirming his innocence, and now a free man. Imagine the relief that man felt!

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When something is new we receive a psychological sensation of excitement. But, when an excessive amount of time is devoted to this material or individual, it will begin to lose it’s sensation and appear tedious. How can we sustain this susceptible perception? Simple, open your eyes to the gratification this essence use to produce. Try to imagine your life without this being. Appreciate all the little things.

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This is the end of my year long project, but I see it as the beginning of something new.

I started this project with my friend Eldred Moye, and I really want to thank him for all of his help and support. He helped me so much with almost every photo for the first 150 days. He definitely offered a lot of encouragement, support, and assisted me on a lot of my difficult shoots! Thanks Eldred!

It’s amazing where this project has brought me! I have been all over the country meeting new friends and visiting old ones! I spent all of December busing my way to NYC for Christmas and New Years. After New Years, I went to Toronto Canada to meet an awesome photographer, Patty Maher! Then I spent all of January making my way south west to St. Louis, and further west to Colorado. Then I spent all of February going west to Los Angeles, and north up to Portland, then I made my way back to Los Angeles where I now live.

Now that I have more time, my goal is to put more time into my photos. This will give me the opportunity to make higher quality and more thought provoking photos.

I encourage anyone to take on this project! It is probably the most difficult challenge of my life, but it is well worth it! I have learned so much from this project, and I now have a portfolio full of pictures that I am very proud of! Even if you’re not a photographer, devote a year to what you love and you will grow so much!

Podéis ver el proyecto completo de Diggie Vitt en su Tumblr y otros de sus trabajos aquí.También lo podéis seguir en Facebook e Instagram.

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La topografía de las lágrimas · Rose Lynn Fisher

Lloramos. Lloramos por tristeza, frustración, rechazo, risa, al bostezar, al cortar cebolla…a veces incluso sin saber muy bien por qué. Lloramos desde que nacemos hasta que morimos. Lloramos porque nos duele el cuerpo o el alma, el nuestro, el de un ser querido…a veces incluso el de alguien desconocido.Lloramos queriendo o sin querer.

Lloramos y algunas veces, muchas veces, las más de las veces, ni nos fijamos en nuestras lágrimas. Todo lo contrario que Rose Lynn Fisher, una fotógrafa estadounidense que, en un período de cambio personal, de grandes pérdidas y muchas lágrimas, decidió coger un microscopio y una cámara para acercar la ciencia al arte y ver si sus lágrimas del dolor eran diferentes a las lágrimas de felicidad.

Rose Lynn Fisher - Lágrimas de dolor

 Lágrimas de dolor 

Rose Lynn Fisher - Lágrimas de reir hasta llorar

 Lágrimas de reir hasta llorar 

De ahí nació «La topografía de las lágrimas». Agua, proteínas, minerales, hormonas, enzimas…momentos efímeros que Rose Lynn Fisher capturó como si de un paisajes se tratase. Pequeñoso microcosmos de experiencias humanas.

Rose Lynn Fisher - Lágrimas de frustración

Lágrimas de frustración

Rose Lynn Fisher - Lágrimas de recuerdo

Lágrimas al recordar

Rose Lynn Fisher - Lágrimas de esperanza

Lágrimas de esperanza 

Rose Lynn Fisher - Lágrimas de cambio

Lágrimas de cambio

Podéis seguir el trabajo de Rose Lynn Fisher en su web y en Facebook .


Antes de que Egipto fuera Egipto, el sol creó el cielo y las aves que lo vuelan y creó el río Nilo y los peces que lo andan y dio vida verde a sus negras orillas, que se poblaron de plantas y de animales.

Entonces el sol, hacedor de vida, se sentó a contemplar su obra.

El sol sintió la profunda respiración del mundo recién nacido, que se abría ante sus ojos, y escuchó sus primeras voces.

Tanta hermosura dolía.

Las lágrimas del sol cayeron en tierra y se hicieron barro.

Y ese barro se hizo gente.

(De lágrimas somos · Eduardo Galeano)

Jason Peterson, el mago del iPhone

Este es Jason Peterson con su iPhone…

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…y todo lo que vais a ver a continuación es lo que una mente creativa con un ojo prodigioso puede hacer con un teléfono móvil y un par de APPs de retoque fotográfico (usa Snapseed y Filterstorm).

Pura magia en blanco y negro.

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Peterson es un director creativo de una agencia de publicidad de Chicago con más de 300.000 seguidores en su cuenta de Instagram (que si aún no seguís, deberíais empezar a hacerlo ahora mismo).

Dice que no se considera un fotógrafo, que es solo un director de arte que recorre las calles con un iPhone. Que no crea imágenes, que solo documenta lo que sucede a su alrededor.

Eso es lo que dice él.

Muchos otros decimos que es un auténtico artista de la fotografía en blanco y negro, un mago de la luz y la composición al que comparar con los grandes de la fotografía clásica. Un genio con un iPhone en el bolsillo.

“Muchos fotógrafos piensan que si compran una cámara mejor serán capaces de hacer mejores fotos. Una cámara mejor no hará nada por ti si no hay nada en tu cabeza o en tu corazón.” – A.Newman

Madrid, te comería a versos

Hubo un día en el que Madrid se llenó de versos…

«Cinco cabezas, diez manos y un solo corazón» dieron forma a un proyecto de artistas y poetas que se ha convertido en uno de los trabajos de arte urbano más interesantes que han surgido en España, además de en todo un fenómeno viral.

Esas cinco cabezas, diez manos y un solo corazón son Boa Mistura , un equipo multidisciplinar con raíces en el graffiti que entiende su trabajo como «una herramienta para transformar la calle y crear vínculos entre las personas«. Tienen proyectos tan geniales como éstos.

Si el mundo está del revés, habrá que buscar cordura.

Madrid te comería a versos

Duerme menos y sueña más.

Madrid te comería a versos

Te haré el humor hasta llegar al orgasmo.

Madrid te comería a versos

Todos tus pasos son mis alas.

Madrid te comería a versos

Fuimos a hacer el amor y parece que volvimos de la guerra.

Madrid te comería a versos

No hay imposibles sólo improbables.

Madrid te comería a versos

Mi alma la tripula el viento de tu respiración.

Madrid te comería a versos

Lo mejor no ha pasado ni está por venir. Está pasando.

Madrid te comería a versos

No hay mejor skyline que verte tumbada.

Madrid te comería a versos

Tú, la longitud de mi debilidad.

Madrid te comería a versos

A veces reírse es lo más serio.

Madrid te comería a versos

Que la línea que más cuides sea la de tu sonrisa.

Madrid te comería a versos

La silueta del pecado diseñada para mi.

Madrid te comería a versos

CHANEL Nº5 · The Film

Es CHANEL. Y lo ha vuelto a hacer…

Baz Luhrmann detrás de la cámara. Gisele Bündchen delante. Michiel Huisman (sí, es Daario Naharis de Juego de Tronos!!) de protagonista masculino. Karl Lagerfeld diseñando el vestuario. Y una banda sonora de lujo, el «You’re the one that I want« de Grease interpretado por Lo Fang.

¿El resultado? Un anuncio brillante.Una obra de arte de 6 minutos concebida como un corto y recortada para televisión.

Una publicidad, eso sí, que no supera a aquel maravilloso The Film de 2004, también dirigido por Luhrmann, con Nicole Kidman actuando y el «Claire de lune» de Debussy sonando. Mi favorito de la maison.